Cuenca y la leyenda de Los Ojos de la Mora
Cuenca es un mirador entre dos ríos, el Júcar y Huécar, su laberíntico trazado urbano se levanta sobre un espectacular peñasco entre las profundas hoces labradas en la roca caliza por los ríos Júcar y Huécar, ya te digo, mirador entre dos ríos.
Es uno de esos enclaves, en los que la acción de la naturaleza y la del hombre se dan la mano para crear algo inigualable. Desde hace miles de años se ha ido fraguando lo que hoy nos puede maravillar, si lo observamos desde los muchos miradores existentes.
Para disfrutar de los Ojos de la Mora, tendrás que subir al Mirador de Camilo José Cela, uno de los miradores de la hoz del Júcar (AQUÍ tienes más información).
Lo encontrarás como el Cerro de la Doncella o los Ojos de la Mora, y ¿sabías una cosa? Sus ojos los pintan cada año los alumnos de la Escuela de Artes y Oficios de Cuenca.
Leyenda del Cerro de la Doncella o los Ojos de la Mora
Cuenta la leyenda que vivía en Cuenca una mora muy bella que se enamoró de un
soldado cristiano con el que se veía en secreto para evitar las represalias de su familia,
ya que su padre la había prometido en matrimonio a un joven moro.
El prometido recelaba de la joven y la mantenía bajo vigilancia.
Los jóvenes planearon casarse y acudieron a un cura que debía
bautizar a la mora y proceder después a su boda secreta.
Pero el prometido, advertido de los hechos,
reunió a un grupo de amigos y asesinaron al joven cristiano,
por lo que nunca llegó a la cita.
Enterada la mora, intentó suicidarse para reunirse con su amado,
pero el cura le dijo que nunca lo conseguiría por ese camino,
porque el suicidio era pecado e iría al infierno y su amor había volado al cielo.
Aseguran que la joven murió de amor en el Cerro de la Doncella,
por eso sus ojos miran fijamente hacia el cielo donde está su amado
o hacia el casco antiguo de Cuenca donde vivieron su amor.
Si quieres más información sobre el Parque Natural de La Serranía de Cuenca, pincha el siguiente enlace: Serranía de Cuenca
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