Budapest, capital del Danubio y de Hungría
Budapest es una de las capitales europeas más recomendables para pasar un fin de semana. Si voláis desde Alicante, lo más normal es que lleguéis por la tarde-noche. Os recomiendo dar un paseo por el centro, conocer Váci Utca, la Avenida Andrássy y la Basílica de San Esteban. Si queréis trasnochar, en la zona de la ópera encontraréis bares y pubs de diferentes ambientes.
Qué ver y hacer en Budapest
1.- Reserva un tour Gratis por la ciudad.
2.- Sube con el funicular hasta Buda:
- Recorre los alrededores del Castillo de Buda.
- Acércate a la Iglesia de Matías y el Bastión de los Pescadores.
- Atraviesa el Puente de las Cadenas.
3.- Regresa a Pest:
- Visita el Parlamento.
- Hazte un selfie en el "Momumento de los zapatos".
- Haz un crucero por el Danubio.
- Visita la Basílica de San Esteban.
- Acércate al mercado central.
- Camina por Andrassy hasta la Ópera.
- Visita la Gran Sinagoga, el Cementerio y el Árbol de la Vida.
- Acércate a la Pza. de los Héroes y el Museo de Bellas Artes.
- Visita el Parque de la Ciudad hasta el Castillo Vajdahunyad
- Date unos baños en el Balneario Széchenyi
- Tómate algo en la Pastelería Gerbeaud, en la plaza Vörösmarty Tér.
1.- Reserva un Tour Gratis por la ciudad.
Nosotros, cuando volamos a alguna ciudad europea, el primer día solemos concertar una visita guiada con una empresa de estas gratuitas que suele haber en todas las ciudades (por ejemplo ESTA). Al final de la actividad te piden "la voluntad" (nosotros solemos dar unos 10€/persona, aunque también depende de cuánto nos guste el guía y la visita) luego te ofrecen otras visitas guiadas que ya no son gratuitas y si quieres las conciertas con ellos.
Estas vistas están muy bien, porque te dan un tour por la ciudad mientras te explican, te enteras de cosas que de otro modo no sabrías ni verías. Yo lo recomiendo, pues te sitúan en la ciudad y a partir de ahí, tú ya decides qué visitar en profundidad.
2.- Visita Buda
Una vez arriba, lo primero es recorrer los alrededores del Castillo de Buda, desde donde se obtienen unas de las mejores vistas de toda la ciudad. No olvidéis adentraros en el patio, donde se encuentra el Museo de Historia de Budapest. Desde el castillo tomaremos Támok Utca hasta llegar a la Iglesia de Matías y el Bastión de los Pescadores, el punto desde el que mejor se aprecia la grandeza del parlamento.
3.- Regresa a Pest
Para regresar a Pest bajaremos caminando por una de las múltiples pendientes que hay en Buda y cruzaremos a pie el Puente de las Cadenas. Siguiendo en línea recta por Zrínyi Utca llegaremos a la Basílica de San Esteban, una visita imprescindible y gratuita.
Caminando hacia el sur llegaremos hasta Vörösmarty Tér, una de las plazas más importantes de la ciudad. En esta plaza se encuentra la famosa Pastelería Gerbeaud, un buen lugar para tomar el postre después de comer.
Desde Vörösmarty tér tomaremos Váci Utca, la calle comercial más famosa de Budapest, hasta llegar al Mercado Central. Si queréis comer bien y barato, en la planta superior hay pequeños locales que sirven comida de diversos tipos.
Desde Deák Ferenc tér podéis caminar por la Avenida Andrássy hasta llegar a la ópera. Por la avenida Andrássy podréis hacer compras, tomar un café o caminar hasta el edificio del Parlamento. Si llegáis a la ópera antes de las 16:00 podéis hacer la visita guiada en español, muy interesante y recomendable.
Algo muy típico que nosotros no hicimos, ya sabéis que solemos salirnos un poco de lo turísticamente convencional, es reservar un paseo en barco con cena. Ver los impresionantes edificios de Budapest iluminados desde el Danubio, dicen que es algo que no podéis perderos. Su precio, comparado con el de otras capitales europeas, es bastante económico.
Otro de los imprescindibles es el Parlamento. Para visitar el interior se necesita acudir con bastante tiempo de antelación y en demasiadas ocasiones no permiten el acceso. Si queréis asegurar la visita y no perder tiempo, la mejor opción es contratar la visita guiada: Budapest + Parlamento (en getyourguide.es, viator.com o similares). Nosotros no entramos, pero solo visitarlo por fuera junto a los alrededores es una experiencia inolvidable.
No os poséis perder el monumento de los zapatos de Budapest, está junto al Danubio, de espaldas al Parlamento. Entre diciembre de 1944 y fines de enero de 1945, la Cruz Flechada cogió a 20.000 judíos del gueto y los fusiló a lo largo de las orillas del Danubio, arrojando los cuerpos al río. Los zapatos en el Paseo del Danubio fueron realizados en 2005 por Gyula Pauer y Can Togay. Estos sesenta pares de zapatos de hierro solitarios, sin dueño, son una alegoría a lo que quedó de estos judíos asesinados y tirados al agua.
Cuando paseéis frente a la Gran Sinagoga de Budapest (la Sinagoga Dohány es la segunda más grande del mundo después de la Emanu-El de Nueva York) veréis el cementerio y el Árbol de la Vida en el recinto, testimonio de los hechos ocurridos en los alrededores de ese templo sagrado, cuando en sus calles adyacentes se levantó un muro que convirtió la zona en el gueto de Budapest.
En la propia plaza se encuentra el Museo de Bellas Artes, nosotros no entramos, pero dicen que es, con diferencia, el mejor museo de Budapest. Después de salir del museo nos adentramos en el Parque de la Ciudad, donde los fines de semana, muchas familias pasan el día con sus niños.
Para recorrer el parque lo mejor es empezar por el Castillo de Vajdahunyad y luego pasear en sentido contrario a las agujas del reloj hasta llegar al Balneario Széchenyi, de obligada visita si tenéis tiempo (nosotros lo dejamos pendiente para la próxima...).
Comer en Budapest
Los húngaros saben comer y eso se nota nada más entrar en sus restaurantes, de hecho, dicen que fueron ellos y no los franceses quienes inventaron el foie grass... no sé, no sé...
Una de nuestras mejores comidas fue en el Menza, nos lo habían recomendado y, además, mi chati estuvo leyendo las críticas en el tripadvisor... ¡¡¡insuperable!!! y a muy buen precio. Pedimos una sopa de goulash riquísima (no hay que irse de Budapest sin probarla), está hecha, básicamente, de carne, verduras y paprika, y una buenísima hamburguesa de pato, ¡¡sí, sí, como lo oyes, de pato!!!. Y... para rematar: un exquisito postre de cuyo nombre no puedo acordarme...
Aunque nosotros no lo hicimos, intentad comer en uno de los tres trófeas que hay en la ciudad, y luego nos contáis qué tal... Son una especie de buffet libre en el que puedes comer y beber todo lo que puedas durante dos horas, dicen que se trata de platos autóctonos exquisitos. Recomendables todos ellos, y especialmente el Troféa de la Opera y el Troféa del Puente Margarita.
¿Qué más deciros? Fue una escapada de las que merecen la pena: mucho para ver e investigar en su historia, divertida, con buen tiempo, en la que comes y bebes muy bien y excepcionalmente económica. Recomendable en todos los sentidos.
Y si quieres, déjanos tu comentario.
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