Mallorca y sus pueblos con encanto

by - marzo 14, 2021


Adentrarse en el corazón de Mallorca es una experiencia de calma, silencio y gastronomía que te descubrirá otra cara de la isla. Si, como a nosotros, te encantan los pueblos pequeños con encanto, resérvate un hueco en tu escapada para visitar alguno de los pueblos del interior de la isla, te llevarás una grata sorpresa, pues rebosan encanto con sus callejuelas de adoquines, sus casitas de piedra… Hay tanto que explorar lejos de las calas y playas... Coge tu coche y déjate enamorar por la cultura, los platos típicos, los paisajes y las tradiciones del interior de Mallorca.

Una callejuela de Valldemossa

Aquí os proponemos los que, para nosotros, son los 12 pueblos con más encanto de la isla. Os aconsejo visitar al menos, dos de ellos:

  • Alcudia
  • Banyalbufar
  • Capdepera
  • Deià
  • Esporles
  • Fornalutx
  • Manacor
  • Orient
  • Pollença
  • Portocolom
  • Sóller
  • Valldemossa

1.- Alcudia

Situado en el noreste de la isla, a unos 55 km de Palma, destaca por sus murallas (medievales y renacentistas) que rodean el casco histórico del pueblo. Para verlas en profundidad, sigue el Camí de Ronda, calle interior del cordón de las murallas. En algunos tramos podrás acceder a lo alto y obtener otra perspectiva de la localidad.


Alcudia tenía tres puertas de acceso, Porta Roja, Porta des Moll o de Xara (conserva la puerta y la verja levadiza original) y Porta de Mallorca o de Sant Sebastiá (a un lado tiene el escudo de la ciudad y en el interior una pequeña capilla con la imagen de San Sebastián). En el exterior de las murallas se encuentra la ciudad romana de Pollentia, que data del año 123 a.C.


Otros lugares de interés son la Iglesia de Sant Jaume, el Museo Parroquial y el Ayuntamiento. Disfruta también de las fachadas de algunas casas señoriales o casals, entre ellas la Biblioteca de “Ca’n Torró”.

El pueblo es una delicia, pero esta visita no se completa hasta que se baja al Puerto de Alcúdia. Turismo, ocio, cultura, deportes acuáticos, todo lo que puedas esperar en uno de los puertos mallorquines más importantes. 


A los turistas nos recomiendan hacer el paseo en barco desde el Puerto de Alcúdia hasta Formentor, con parada en la encantadora playa de Coll Baix y por supuesto en la playa de Formentor. Nosotros no lo hicimos, pero si tú vas nos lo cuentas, please.


2.- Banyalbufar

Situado en el suroeste de la Sierra de Tramontana, se encuentra a unos 25 km de Palma. El término incluye cuatro pequeñas montañas, lo que ayuda a que pueda llover en cualquier momento, aunque el mes más seco es julio y el más lluvioso octubre.

La falda del monte más alto, baja hasta la costa noroeste, guardando casas y entramados arquitectónicos musulmanes entre la exuberante vegetación que puebla el terreno. Las mejores imágenes de la costa las obtendrás desde la torre de vigilancia de Ses Animes.


Aquí también se elabora el vino de malvasía, que puedes degustar en sus restaurantes con vistas a la Cala de Banyalbufar.



3.- Capdepera

Se sitúa en el extremo oriental de Mallorca, a unos 80 km de Palma y entre las poblaciones de Artá y Cala Ratjada.

El pueblo está dominado por una imponente fortaleza medieval, el Castell de Capdepera, un legendario castillo que data del S.XIV. Inicialmente fue construido para defender al pueblo de posibles ataques de piratas. Ha sido usado como fortaleza militar y tras ser adquirido por el Ayuntamiento fue convertido en el museo que podemos visitar actualmente. La entrada cuesta 3€ y es gratis para los menores de 12 años.


Cuenta con una atalaya de vigilancia, la Torre de sa Vetlla, una capilla de estilo gótico donde se venera a la Virgen de la Esperanza, la casa del Gobernador y la Torre de Canyamel, una gran torre de defensa levantada durante el S. XII y XIII.

Camina por sus murallas y observa el enclave natural que rodea Capdepera. Verdes bosques, praderas y el mar al fondo. En los días claros, se puede ver la isla de Menorca.


Vale la pena acercarse al faro, levantado sobre un acantilado en la costa de Llevant. También está cerca de algunas calas increíbles como: Cala Ratjada, Cala Agulla y Cala Mesquida.


4.- Deià

Esta localidad está a 10 km de Valldemossa, encajonada entre el mar y las montañas, en pleno corazón de la Sierra de Tramontana (declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en la categoría de paisaje cultural), por lo que su encanto no solo radica en sus casas y calles empinadas, sino también en el entorno que la rodea.


Hoy en día, Deiá es conocido por sus clubs de música en vivo, sus galerías de arte y sus comercios artesanales, de hecho, también tiene fama de ser el reducto más bohemio de la isla. Desde siempre esta localidad ha atraído a muchos artistas, que encontraron inspiración entre sus impresionantes paisajes. El famoso escritor británico Robert Graves está enterrado aquí y es posible visitar su casa-museo.

Visitar Deiá es fácil, camina en sentido ascendente hasta el punto más alto, donde encontrarás un mirador custodiado por dos cañones, la iglesia de San Juan Bautista (patrón del pueblo) y el cementerio. Ya sabéis que so soy fan de visitar cementerios, pues éste, es diferente, su sencillez invita a entrar y disfrutar de las maravillosas vistas que se obtienen del mar Mediterráneo.


Os recomiendo que no es vayáis de Deiá sin visitar su cala, la Cala Deiá, quedarás totalmente fascinado, un pequeño puerto, la desembocadura del río Torrent Major, rocas y aguas cristalinas. 


5.- Esporles

Está muy cerca de Palma, en coche no tardarás más de 15 minutos, eso lo convierte en una visita imprescindible en cualquier ruta por los pueblos del interior. Una de sus peculiaridades es que está atravesado, de punta a punta, por un pequeño torrente que se cuela entre las casas.


Si vienes del bullicio de la ciudad, Esporles te sorprenderá por su tranquilidad, sólo alterada por el leve bullicio de las cafeterías y bares del paseo central. 


6.- Fornalutx

Localizado en la carretera que va hacia Lluc, en el macizo Puig Major, el más alto de la Serra de Tramuntana, a 4 km de Sóller y a 35 de Palma. Es el único pueblo de Baleares incluido dentro de la asociación de los "Pueblos más bonitos de España", con sus casas de piedra y sus callejuelas adoquinadas. Todo aquí está adornado con plantas y flores frescas. Es el retrato vivo del Mediterráneo.

La atracción principal de Fornalutx son las calles estrechas y empinadas, siendo las más características Carrer Esglesia, Carrer de Sant Sebastiá, Carrer des Vent y Carrer del Metge Mayol. 


Junto a la Plaza de España encontramos la Iglesia de Fornalutx cuyos orígenes datan del S.XIII. Otro edificio importante que debemos visitar es el Ayuntamiento, que cuenta con una torre de defensa del S.XVII.

7.- Manacor

La ciudad de Manacor está más metida en el centro de la isla. El puerto de Manacor, Port Cristo, está a una hora desde Palma. Se trata de un enclave turístico lleno de cosas que ver y hacer entre sus restaurantes, tiendas y playas. 

Un plan alternativo muy popular aquí es entrar a las Cuevas dels Hams y dar un paseo en barco entre las increíbles formaciones de estalactitas, espectaculares con la iluminación del interior de la cueva. Aunque, la mayoría de turistas prefieren visitar las Cuevas de Drac, otro entramado subterráneo de estalactitas donde se ven verdaderas obras de arte naturales entre los techos.

Cuevas del Drac


8.- Orient

Sus casas centenarias, su centro histórico y sus calles escalonadas no te dejarán indiferente; como tampoco lo hará el paisaje, pues el pueblo se encuentra situado en una de las zonas más fértiles de la isla.


Es el lugar perfecto para disfrutar de la tranquilidad ya que en Orient apenas hay veinte casas y muchas de ellas están deshabitadas. 

9.- Pollença

Quizás te cueste entender a los locales cuando hablan, y es que Pollença es el pueblo con más personalidad de la isla, hasta el punto de que cuenta con un dialecto único y tradiciones propias. Una de ellas es la famosa fiesta de Moros y Cristianos que se celebra cada año en agosto.

El Port de Pollença, a 50 minutos de Palma de Mallorca, muestra una extensa playa que recorre la bahía a la que da nombre. Es la puerta de entrada a la península de Formentor, en el extremo norte de la isla. Sus paisajes salvajes no te dejarán indiferentes.


Es una localidad muy turística en la que podrás, entre otras cosas, hacer un crucero por la Bahía de Pollença, podrás zambullirte desde el barco y hacer snorkel en sus aguas cristalinas.


10.- Portocolom

Lo encontrarás conduciendo 1 hora hacia el sudeste de la isla. Se trata de un pueblo pesquero lleno de vibrante color dedicado en su totalidad al mar, no en vano es el último refugio de los pescadores de la isla y ha sido salvado del turismo de masas.


Pasea por su puerto natural entre las embarcaciones que siempre hay amarradas a la orilla, te sorprenderá el aroma fresco y las pintorescas vistas. Además no está lejos de hermosas calas como Mondragó, Caló Des Moro o Cala D’Or, además, su puerto natural es vigilado por uno de los faros más emblemáticos de las islas Baleares.

Faro de Portocolom

11.- Sóller

Podríamos decir que Sóller, es una especie de isla dentro de la isla, pues hasta los años 90, cuando fue construido el túnel, esta localidad estaba completamente incomunicada. Sóller se halla en el valle de los naranjos, a 12 km de Deià, y posee uno de los conjuntos arquitectónicos más valiosos de la isla, pues aquí se construyeron numerosos palacios y casas señoriales de estética francesa.

El principal punto turístico de Sóller es la Plaza de la Constitución, dónde se encuentra la Iglesia de San Bartolomeu rodeada de animadas terrazas, sin olvidar el tren de Sóller, un antiguo ferrocarril de madera que desde 1912 realiza la misma ruta: Sóller-Palma. El recorrido tiene 28 km y una hora de duración. 


Para concluir la visita recomendamos ir a Port de Sóller, un pequeño pueblo costero situado en una gran bahía que lo dota de especial belleza. El puerto tiene un agradable paseo marítimo y una playa tranquila perfecta para ir con niños. Hasta aquí podrás llegar en coche o haciendo uso del antiguo tranvía utilizado para transportar naranjas. 


12.- Valldemossa

Valldemossa seduce a los turistas con la inconfundible silueta de la Cartuja. Este pueblo es tan sugestivo que suele aparecer en las listas de los pueblos más bonitos de España. Se encuentra escondido entre las montañas de la Serra Tramuntana, a unos 20 km de Palma. Te recomiendo recorrer sus calles peatonales, disfrutar de las casitas de piedra adornadas con macetas y, por supuesto, que visites la Cartuja. 


Ilustres visitantes como el Archiduque Ludwig de Austria, la escritora George Sand (amante del compositor Frederic Chopin), y el propio Chopin que junto a ella pasó el invierno de 1838 en la Cartuja de este municipio. El lugar dónde se alojaron fue la celda nº4 de la Real Cartuja. Hoy día se puede ver (y escuchar) el piano Pleyel que Chopin utilizó durante su estancia, así como algunos documentos y recuerdos. Sand escribió el libro “Un invierno en Mallorca” donde relata sus impresiones y lo vivido en Valldemossa. 

Merece la pena pasear por los jardines de la Cartuja (antiguo claustro de los monjes). Entre los cipreses y tejos podemos ver estatuas de los personajes ilustres que han pasado por Mallorca: el medallón de Rubén Darío, el busto de Santiago Rusiño, de Chopin o Luís Salvador de Austria.


Una vez realizada la visita a la Real Cartuja, recorre las calles empedradas de Valldemossa y cruza el arco hasta llegar al mirador de Lledoner desde donde obtendrás unas excelentes vistas de la parte vieja de Valldemossa, donde se encuentra la iglesia de San Bartolomé y la casa natal de Santa Catalina Tomas, única santa de la isla. Es patente la devoción de los vecinos ya que son muchas las casas que tienen un azulejo con su imagen. 

Y para terminar la visita, nada mejor que probar algo típico de su gastronomía: la coca de patata. 



Si quieres saber más sobre Palma y su gastronomía, visita nuestros enlaces:


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