Cuenca es una joya no solo por su casco antiguo, Patrimonio de la Humanidad, sino también por la naturaleza que la envuelve, su provincia es impresionante, es de esos lugares que atrapan, enganchan y sorprenden como pocos. Pero con cuenca pasa como con TERUEL, que parece que no exista... y, ¿sabes que te digo? cuando la conozcas te sorprenderá.

Si vas a visitar la zona, aquí te dejo algunos enlaces que te pueden interesar:

Algunos de los pueblos con más encanto de la Serranía de Cuenca son: Uña, Huélamo, Tragacete, Valdemeca, Cañete, Huerta del Marquesado, Santa María del Val, Beteta, Poyatos, Cañizares, Palomera o Priego. Si quieres más información al respecto, pincha AQUÍ: Pueblos con encanto en la Serranía de Cuenca.

La Serranía de Cuenca fue el primer destino Starlight de Castilla-La Mancha. La Fundación Starlight otorgó a la Serranía de Cuenca este distintivo por sus cielos limpios y estrellados, por lo que sus pueblos cuentan con el distintivo Starlight, convirtiéndolos en un destino turístico ideal para los que les gusta admirar el cielo al abrigo de una noche plagada de estrellas.

Uclés es un pequeño municipio de unos 219 habitantes, situado al noroeste de la provincia de Cuenca. Su origen se remonta a la prehistoria, y en él han quedado huellas de un pasado romano, visigodo, árabe y cristiano. Su riqueza histórica, la tranquilidad de su entorno natural y la acogida de sus gentes, hacen que Uclés tenga un encanto especial.

La primera impresión de Uclés se contempla desde el Cerro del Portillo.  A la izquierda, en el norte, el Monasterio coronando el conjunto, al que siguen las torres del Pontido y el Palomar, unidas por un puente, y al sur, la torre Albarrana. A los pies del conjunto está la muralla y la huerta  atravesada por el río Bedija, en cuya orilla aún queda un molino.

3.- Alarcón 

Situado al sur de la provincia y con una población de unos 150 habitantes, Alarcón es uno de los pueblos más bonitos de Castilla la Mancha y su Conjunto Histórico Artístico es uno de los más relevantes de la provincia de Cuenca. Te sorprenderá la variedad de estilos, tipos y calidad en los edificios que encontrarás en sus calles empedradas, una pista del poder económico y social que ha tenido este pueblo a lo largo de la historia. 

Alarcón ha sido capaz de mantener en pie cuatro iglesias de distintas épocas, varios palacios, casonas y uno de los edificios más emblemáticos de la provincia de Cuenca, el Palacio del Concejo. Además de uno de los conjuntos fortificados mejor conservados en España, aún conserva todas sus torres defensivas, la mayor parte de la muralla y su Castillo.

A los pies de su Castillo, la villa de Belmonte, rinde pleitesía al edificio que lo identifica y corona su estampa, disputando su liderazgo con la Iglesia de la Colegiata. El Castillo está rodeado de cinco murallas: la puerta de San Juan, Chinchilla, Almudí, la de Toledo y la Puerta Nueva.

La Colegiata de San Bartolomé, reclama su matriarcado sobre la villa desde su estilo mayoritariamente gótico, con bellísimas puertas, la del Sol y la de los Perdones. En el interior incontables tesoros, arquitectónicos, mobiliarios y artísticos: capillas, retablos, bóvedas, pinturas, esculturas, el coro y la pila.

Además, otras obras pueblan sus calles, plazas e historia: el Palacio de Buenavista, el Convento de los Jesuitas, la Casa de Comedias, la Ermita de Nuestra Señora de Gracia o los museos. Belmonte, monumental y gloriosa, nos permitirá la partida sabiendo que será su imagen la que no nos abandonará a nosotros.

Belmonte ha tenido un papel significativo en el mundo del cine, pues aquí se rodó el torneo a caballo de Rodrigo Díaz de Vivar en la película de El Cid, la película El crimen de Cuenca, de la directora Pilar Miró o El Caballero Don Quijote, protagonizada por Carlos Iglesias y Juan Luis Galiardo en el verano del 2000.

Conocida como "El balcón de La Mancha" por su situación sobre una loma, si hay una imagen que prevalece es el conjunto de molinos de viento que sobre el cerro vigilan la llanura y captarán tu atención.

Entre sus construcciones civiles destacan: el Hospital de los Pobres (siglo XVI), la plaza del Mercado o del Coso (siglo XV), también sede taurina de la localidad, la Tercia, de función fiscal (siglo XV) y el Ayuntamiento, ubicado en el antiguo convento de los franciscanos. Sus múltiples casonas señoriales dan muestra de la actividad y la importancia secular del lugar, como la casa de los Condes de Campillo.

En la arquitectura religiosa destaca: el convento de los Trinitarios, la iglesia de San Miguel o las ermitas de Santa Ana, Nuestra Señora del Valle o de Manjavacas.

Dentro de la arquitectura industrial el barrio de las cantarerías refleja la actividad y la tradición alfarera, que es uno de los atractivos de la villa, también el Pozo de las Nieves, bien conservado en las afueras del pueblo.

Precioso municipio de la Manchuela, cuya vida social e interés arquitectónico circundan la Plaza Mayor de estilo renacentista. El ayuntamiento del siglo XVI conserva sus arquerías de medio punto. La torre del reloj, el Pósito y el primitivo concejo y Cárcel Real se adosan al consistorio. Frente a este grupo predominante la Posada Massó de construcción renacentista y Villa Enriqueta, un magnífico palacete a tres alturas.

Entre los templos o monumentos religiosos destaca la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, el convento de Santa Ana, el de los Carmelitas o la ermita de San Antón.

Numerosas casas señoriales de los siglos XVI, XVII y XVIII se diseminan por sus calles: Casa de los Rovira, Casa de Julián Navalón, Casa de los Boticarios…

Tiene el título de ciudad​ y cuenta con una población de 1776 habitantes. Se encuentra en el noroeste de la provincia, a 54 km de Cuenca. Se localiza en las laderas este y sur de un alto cerro, conocido como el Cerro del Castillo, entre el río Cauda o Borbotón y el arroyo de las Canales.

Entre su patrimonio destaca el Castillo de Luna, de tipo alcazaba, el Colegio de Jesuitas, Iglesia de Nuestra Señora de Atienza, de estilo gótico y la Iglesia de Santo Domingo. Desde tiempos medievales el concejo dispuso de un reloj para gobernar y organizar la vida de los ciudadanos de Huete. En un principio se ubicó en lo alto de la cuesta del mercado, y en la Edad Moderna se trasladó la construcción de la la Torre del Reloj en la ubicación actual.

Entre sus Museos destacan el Museo Florencio de la Fuente con su colección internacional de Arte Contemporáneo (obras de Villatoro, Salvador Dalí, Pablo Picasso, Bores, Camille Corot, Pedro de Matheu, Vicet Ochoa y José Bautista), el Museo de Arte Sacro (con la Cruz de San Nicolás de Almazán realizada en 1618, y un magnífico cristo de Marfil del siglo XVII), el Museo Etnográfico y el Museo de la Fragua.

La villa medieval de Moya es una preciada joya declarada Conjunto Histórico-Artístico, sus ruinas repletas de tesoros nos trasladan a su época de esplendor cuando fue cabeza del marquesado de Moya, al cual pertenecían 36 municipios.

Se trata de una villa en ruinas, pues hace más de 30 años que se fue el último de sus vecinos. El antiguo trazado urbano de la Villa junto con los valiosos restos del alcázar, murallas, iglesias y conventos con que cuenta, constituyen un conjunto de tipología muy relevante, por su valor y su magnitud. Moya es pura historia.

Municipio de gran interés que posee, aparte del castillo que le da nombre, un casco histórico declarado Conjunto Histórico Artístico. Envuelta en su aire medieval, esta villa ejemplariza en sus calles, la convivencia de las distintas culturas a través de los siglos.

Próximo al nacimiento del río Rus y a 68 km de la capital provincial, está íntimamente ligado a la literatura, ya que aquí fue herido de muerte Jorge Manrique y, también aquí, el infante D. Juan Manuel escribió el Conde Lucanor.

Además de su excepcional castillo, que protagoniza la panorámica de la villa, ofrece otros lugares de interés: su conjunto urbano y su Casa Gótica (del siglo XIV, de dos plantas y patio interior con soportal), también la iglesia parroquial de San Juan Bautista, el monasterio de San Agustín, y la cruz de Jorge Manrique, lugar donde murió el poeta.

Desde tiempos inmemoriales Castillo de Garcimuñoz cuenta con tres fuentes de agua dulce dignas de mención: la fuente de abajo (canalización subterránea de unos 220 metros de longitud y 1,60 metros de altura), la fuente Alcázar con su antiguo lavadero y la fuente del Berro.

Ubicado entre la Mancha y la Alcarria, esta noble ciudad es el segundo municipio más poblado de la provincia, tras Cuenca. Su posición, lindando con Toledo y con la zona occidental de la Alcarria, lo convierte en un importante nudo de comunicaciones por carretera y ferrocarril.

De su historia son testigos mudos un maravilloso conjunto urbano cuya máxima expresión la encontramos en su casco antiguo, articulado sobre tres bellas plazas, de calles estrechas y bellos edificios. En una de estas plazas, concretamente en la plaza del Caño, se encuentra la imponente iglesia de Nuestra Señora de la Asunción declarada Bien de Interés Cultural, con su gran torre más conocida como la “Giralda Manchega”.

También puedes visitar: el palacio de los Duques de Riansares, actual Ayuntamiento, la casa-palacio de los Parada (del siglo XVII) actualmente sede del Museo de Arte Contemporáneo y Archivo Histórico, visita sus casas solariegas, la ermita de Riansares, la iglesia del antiguo convento de los Capuchinos y los restos que quedan de su castillo, en el barrio del Castillejo.

El parque arqueológico de Segóbriga es un importante yacimiento celta y romano situado en torno al llamado cerro de Cabeza de Griego en la localidad de Saelices,  Bien de Interés Cultural declarado Monumento Nacional el 3 de junio de 1931.

Su situación estratégica, entre Cartago Nova y su conexión con Toletum Segontia, y la riqueza minera y agrícola de su suelo, fueron las causas de sus gran esplendor y su monumentalidad. Segóbriga llegó a albergar un teatro, anfiteatro, termas públicas, templos, mercados,... hasta convertirse en punto de referencia de vida urbana al estilo romano en la Meseta.

Actualmente son visitables: el acueducto, las necrópolis, la ciudad, el teatro, la muralla y puerta principal, el criptopórtico del foro, las termas del teatro, la basílica, el foro, el aula basilical, las termas monumentales, la acrópolis, la casa del procurador minero, el anfiteatro, el circo y la basílica visigoda.

Como te decía, Cuenca es una joya y su provincia es impresionante. Te empieza a atrapar, ¿verdad?. Descubre más sobre Cuenca pinchando en los siguientes enlaces: