A primera hora de la mañana, nada más entrar en Nuevo Mexico, en un pueblecito (cuyo nombre no recuerdo), tuvimos nuestro “momento selfie”, y es que, así como el que no quiere la cosa, atravesamos un pueblo que junto a la carretera tenía un puesto de sombreros típicamente tejanos... tuvimos que parar y comprarnos uno ¡claro!


Nuevo México es un estado mágico, siempre lo relaciono con la ardilla prehistórica que sale en Ice Age, pues recuerdo unos animalitos que nos observaban desde los arcenes de la carretera, me quedaba embobada mirándolos, eran una mezcla de ardilla y comadreja, no sé realmente qué eran o cómo se llaman, si lo descubres dímelo.

Es el estado ideal si buscas descubrir épocas antiguas o para los amantes de las culturas indígenas. También podrás practicar el mejor buceo, senderismo, espeleología o cientos de deportes acuáticos. Y, por supuesto, es la meca de los aficionados a la ufología.

Construcción típica

1.- Un poco de historia:

Habitado por nativos americanos desde miles de años antes de la Exploración Europea, fue colonizado por los españoles en 1598 y anexionado al Virreinato de la Nueva España. Después, fue parte del México independiente hasta convertirse en territorio estadounidense y, eventualmente, un estado, como resultado de la guerra mexicano-estadounidense.

Los exploradores españoles registraron esta región como Nuevo México en 1563 y de nuevo en 1581, cuando creyeron incorrectamente que contenía ricas y diversas culturas relacionadas con la mexica, del  Imperio azteca. Nuevo México formaba parte de la Nueva España como provincia, y posteriormente, fue parte del Primer Imperio Mexicano y la República Federal Mexicana durante veintisiete años (desde 1821 hasta 1848).

No lo dudes, este estado cuenta, al menos, con dos atractivas ciudades: Santa Fe (su capital) y Albuquerque.

Se enclava en las laderas de la sierra de la Sangre de Cristo. Es conocida por su arquitectura de estilo pueblo y su actividad cultural en el campo de las artes creativas. La ciudad fue fundada como colonia española en 1610 y cuenta con una tradicional plaza en el centro. Las sinuosas calles del barrio histórico incluyen construcciones de adobe, como el palacio de los Gobernadores, sede actual del Museo de Historia de Nuevo México.

Albuquerque es la ciudad más grande de Nuevo México y se ubica en el desierto alto. Su moderno centro contrasta con el casco antiguo, que data de 1706, año en que se fundó la ciudad como colonia española. El casco antiguo está repleto de edificios históricos de adobe, como la iglesia de San Felipe de Neri, cinco museos y diferentes tiendas que venden artesanía de los nativos americanos. Cerca de allí se encuentra el Centro Cultural del Pueblo Indígena, que recorre la historia tribal de la zona.

Para nosotros, aquí llega la sorpresa, el plato fuerte de este día nos llegó sin avisar, y fue en Fort Sumner (pueblecito por el que pasábamos sin ninguna pretensión), con su Old Fort Sumner Cementery, donde ¡¡¡Oh, sorpresa!!!, allí está enterrado Billy The Kid, ¡el famoso Billy el Niño de las pelis de vaqueros!.

Parque Histórico Nacional de Cultura Chaco, con sus 4.000 yacimientos de ruinas indígenas.

Monumento Nacional Malpaís y Centro Turístico de las Cavernas de Hielo, con el Cráter Bandera, que es el cono de ceniza más grande de todos en Malpaís.

Cráter Bandera

Monumento nacional de las Ruinas Aztecas, que se llama así aunque no son realmente aztecas, sino de Puebla.

Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad (con sus estalactitas y estalagmitas) es otro monumento patrimonio de la Humanidad, enclavado en las Montañas de Guadalupe.

Une la historia india, española y anglosajona, y donde se conserva con las ruinas del pueblo, las misiones españolas, los restos del camino de Santa Fe y los lugares de la batalla de la Guerra Civil.

Camino a Santa Fé

Museo Internacional de Ovnis. 

Ahí podrás aprenderlo todo sobre el “incidente Roswell” de julio de 1947.