El cardo, la flor nacional escocesa
En realidad, la flor nacional de Escocia, no es una flor, sino un cardo, una planta espinosa que crece en sus campos.
Además, no se trata de una única variedad autóctona, hay varias variedades: el cardo lanza, el cardo sin tallo, el cardo algodonero, el cardo de Nuestra Señora, el cardo almizclero y el cardo melancólico entre otros. Algunos son nativos pero otros más exóticos, y nadie sabe, a ciencia cierta, cuál de ellos constituye el verdadero símbolo del país.
Después del tartán, la tela escocesa con la que fabrican sus faldas de cuadros, los KILT, nada identifica a a Escocia de una forma tan clara como su flor...
El cardo fue adoptado como el emblema de Escocia durante el reinado de Alejandro III (1249-1286). Cuenta la leyenda que un ejército del rey Haakon de Noruega, con la intención de conquistar a los escoceses, aterrizó en la costa de Largs por la noche para sorprender a los miembros del clan escocés dormidos. Para moverse con más sigilo al amparo de la oscuridad, los escandinavos se quitaron los calcetines y, desafortunadamente, uno de los hombres de Haakon pisó uno de estos cardos y su grito de dolor alertó a los escoceses del avance de los nórdicos que derrotaron a los invasores y adoptaron el cardo como símbolo nacional. Lamentablemente, no hay evidencia histórica que respalde la historia.
Cualquiera que sea su origen, el cardo ha sido un símbolo escocés durante más de 500 años. Quizás su primer uso reconocible fue en monedas de plata emitidas en 1470 durante el reinado de James III y, desde principios del siglo XVI, se incorporó al Royal Arms of Scotland. La principal orden de caballería de Escocia.
También representa uno de los más grandes honores que este país puede otorgarle a una persona. Fundada por Jaime III en 1687, la Antiquísima y Muy Nobilísima Orden del Cardo en una orden de caballería que se concede a aquellos individuos que han realizado una contribución significativa a la vida de la nación escocesa y a la del Reino Unido en general. Su Majestad la Reina es la única que puede investir a los miembros de la Orden del Cardo.
Este cardo color morado o violeta, es motivo de inspiración poética, ha inspirado uno de los poemas más bellos del canon literario escocés: "Un borracho observa el cardo", de Hugh MacDiarmid, lectura obligada para cualquiera que esté planeando un viaje a Escocia. Se trata de un poema épico escrito en forma de flujo de conciencia que toca todo tipo de temas, desde el estado de la nación y los misterios del universo hasta la maravillosa felicidad que proporciona el whisky.
Los cardos no solo pueden encontrarse en jardines, parques y en el campo. Si te fijas bien, verás aparecer la insignia en todos los rincones de Escocia, desde la camiseta del equipo internacional de rugby escocés y de equipos de fútbol hasta negocios particulares y grandes organizaciones y empresas, e incluso en el uniforme de los policías.
Inglaterra tiene la rosa, Gales el narciso (y el dragón), Irlanda el trébol y Escocia... un cardo.
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